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17 junio 2010

VII Pujada a Monti (Onda) - 25 Abril 2010


Eran las 5 de la mañana cuando me sonaba el despertador, y me ponia en marcha para dirigirme a mi segunda participación en una carrera de montaña. Las predicciones auguraban una carrera dura puesto se habia celebrado Sant Marc en Xert y el menda sintió una fuerte atracción hacia la barra del bar la noche del viernes que le mandó a dormir con un exceso de hidratación. Debo reconocer, que si hubiera sido puro y duro asfalto no me levanto, pero tenia un poco la conciencia tranquila ya que en cualquier momento podia ponerme a andar y “cap problema”.
Sobre las 7 llegaba a Onda y primeros recuerdos de mi estancia laboral allí, de hecho lo que mas recuerdo son los bares donde ibamos a almorzar, pero bueno. Iba con la ilusión de poderme reencontrar con alguno de mis ex compañeros de curro de Onda y cual fue mi sorpresa, que al ir a buscar el dorsal y la bolsa del corredor, me encuentro con Jose Vicente, que no era de Onda, pero si ex compi, me alegré muchisimo de verle, hacia años que no sabia nada de él y estuvimos un rato charlando. Bien, se me hacia tarde, voy a recoger el dorsal, la camiseta (muy bonita por cierto) y al coche a cambiarme. Empezaba a estar nervioso, me sentia extraño, que sera? Coño, resaca !!! Voy a la pista de atletismo, quedan 10 min para la salida, por fin conozco a mi compañera de club Lauri, damos una vuelta de calentamiento, sigo nervioso, me voy al coche, me quito el pantalón corto, decido correr solo con malla corta, o no, buff no se, que hago? A eso, oigo por los altavoces, que faltan dos minutos, joder, cierro el coche y salgo cagando leches a la salida, y fue llegar y soltar el cohete. Mal empezamos, ya he llegado a la salida cansado del sprint desde el coche, veras que mañana mas movidita tenemos Jordi, me decia. Pero tengo un par de minutos para coger aire, pues primero sales los grupos de invidentes.
Habia leido que competian invidentes en la prueba pero no me imaginaba tantos. Eran grupos de tres personas, donde el central era el invidente y los otros dos los guias, todos cogidos a un palo circular. Ya le di mucho merito cuando les vi salir, pero nada comparable a lo que iba a observar kilometros despues.
Salgo junto a Laura y empezamos a quemar kilometros, los primeros son por asfalto haciendo una vuelta turistica por la localidad hasta encontrar la pista que nos llevará al temido ascenso. Pasan los primeros kilometros y llegamos a un tapon considerable, la senda es estrecha y muy muy resbaladiza, aprovecho para descansar un poco, empezaba a sudar mas de lo normal, de las pulsaciones ya ni hablamos…
Sobre el kilometro 6 empiezan los problemas, que no son otros que los que yo mismo me habia buscado claro, empiezo a notar mareos. Si levanto la vista del suelo o miro a mi alrededor y de nuevo centro la mirada al frente, nada se está quieto, empiezo a cabrearme considerablemente, el avituallamiento está en el 7.5 y no se si llegaré, el mareo va en aumento. Tomo la decisión de caminar unos metros, Laura y su compañera siguen a trote, confio en pillarlas mas adelante. Voy alternando unos minutos caminando y alguno corriendo y llego hasta el avituallamiento. Aquí me plantee seriamente abandonar, el cansancio no me preocupaba pero si los mareos, con un terreno tan pedregoso, un paso en falso me podia costar bastante caro. Saludo nuevamente a Laura en el avituallamiento, se preocupan por mi pero les digo que sigan, que esperaré un poco a ver si me recupero. Como un poco de fruta, dos vasitos de agua, me apoyo en un arbol y me pongo a meditar a ver que decisión tomar. Escucho a organizadores que van informando de que ahora empieza la temida cuesta, que es larga y muy dura, pero que andando y con un poco de esfuerzo se puede subir. Pues lo intento!! Ingenuo de mi pensé que caminando no me cansaria tanto y así me recuperaria, y no iba equivocado del todo, pues los mareos cesaros ya finalmente pero la cuesta se estaba haciendo interminable, metros y metros de senda vertical, con unas vistas increibles, bueno menos una, la que veia cuando miraba hacia arriba y veia lo que me quedaba, pero allí no habia marcha atrás, era o subir o subir. Me enganche a un grupito de gente que iban a un ritmo de ascensión comodo para mi y mis soplidos y yo conseguimos hacer cima, Quina barbaritat! grité al llegar arriba, mire a mi alrededor y era enorme la extensión de tierra que alcanzaba mi vista, pero mayor era la sensación de satisfacción que me invadia. Y como todo lo que sube, baja, pues a ello, empezaron algunos kilometros de descenso por sendas muy limpias y con muchisima vegetación a nuestro alrededor. Me junté con uno de los grupos de ciegos y puesto que la senda era estrecha me puse tras ellos y observaba como iban dando indicaciones tecnicas al invidente, de donde habia piedras, curvas, como era el terreno que habia delante … mientras corria, me quede observando las piernas de este admirable corredor, joder, es imposible que sea ciego, me decia a mi mismo y como otros muchos habrán probado, por un segundo cerre los ojos mientras corria tras de ellos, pues bien, dos unicos pasos pude dar sin tropezarme, al tercero, puntapié a una piedra. Estuve un par de kilometros con ellos y no dejaba de pensar en el enorme valor que tenia aquella gente, no se, me pareció fascinante.
Tras un nuevo avituallamiento, comenzaban dos nuevos repechos, a los que se añadiria un nuevo aliciente, uno de los gemelos empezaba a subir… Le pregunté a otro corredor si conocia la zona y me explicó como eran los kilometros que nos precedian, dos ligeras subidas (que hoy en dia, a cualquier cosa le llaman ligera) y despues bajada hasta el pueblo asi que me puse tras de él y juntos lo conseguimos. Que gustazo saber que ahora ya solo hay que bajar, pero que quereis que os diga, las subidas son duras, pero las bajadas son terribles para las rodillas, así que me lo tomé con calma ya que lo que es prisa, no tenia ninguna. El descenso fue bastante comodo y muy bonito, tramos con sendas anchas y muy corredoras, otras mas técnicas pero en definitiva un descenso bastante cómodo.
Durante el recorrido pude leer varios carteles de animo a corredores/-as, pero me llamó mucho la atención uno que me iba encontrando cada vez mas seguido “avituallamiento sin colesterol”, suponia que darian algún tipo de dulce o algo diferente, pero cual fue mi sorpresa cuando de repente, en lo alto de un pequeño repecho, y con la musica del Barrio a toda leche, me veo dos “paraetes” con mogollón de comida, gente bailando, otro que me ofrecia beber vino de la bota, me aparté unos metros de aquella luguria e intenté asimilar lo que estaba viendo, una mesa llena de embutido, bocadillos de mas de 2 metros de longuitud, cerveza, vino, pastas de todo tipo … aquello hubiera sido la gloria en otras condiciones pero estaba sacando fuerzas de donde no las tenia para llegar a meta, no podia meterme aquello en el cuerpo porque el desenlace hubiera sido bastante desagradable, así que fui a buscar mi trocito de platano de rigor, mi vasito de aquarius, dos minutos de relax viendo la fiesta que habia allí montada y a por la meta. Creo que quedaban 4 o 5 kilometros para terminar y aun encontraria otro avituallamiento líquido, antes de empezar a adentrarme en el pueblo. Estos ultimos kilometros se me hicieron dificiles por el tema de los gemelos, me tocaba correr practicamente con el talón y levantando los dedos de los pies para que no se me subieran, pero un simple escalón o el bordillo de una acera, era suficiente para que un tremendo calambre subiera desde el tobillo hasta el muslo, pero ese no iba a ser el que me jodiera la mañana, así que a trancas y barrancas tomé el pueblo en busca de la pista de atletismo, empezaba a sonreir, hacia rato que no miraba el reloj pero sabia que llevaba mas de tres horas y lo iba a conseguir, entro en la pista, quedan a penas doscientos metros, voy solo, la sonrisa es cada vez mayor, miro el crono, 3 horas 29 min. Paso el arco de meta y sigo corriendo buscando el cesped del campo central y allí me dije: chato, lo has conseguito! y automaticamente dejé que las rodillas se doblaran para caer exahusto al cesped y asimilar allí la real paliza que me habia pegado, relajar un poco el cuerpo y poder tomar el camino de vuelta. Realicé las felicitaciones de rigor a Lauri y Jose Vicente que aún andaban por allí y chino chano me fui para casita, muy muy cansado pero lleno de felicidad de haberme superado una vez mas.
Eso sí, reconozco y muchos me tratasteis de loco, que jamás volveré a intentar hacer algo así despues de haber salido o no haber descansado o comido en condiciones el dia anterior, todo salió bien, pero soy muy consciente de lo peligroso que es. Una y no mas!!!!
Algunas fotitos en la que me pillaron Aquí

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